sábado, 16 de junio de 2012

No hay personajes secundarios.



Comentando con una amiga que esta viendo Sopranos por primera vez (y ya que estamos, la gente que ve algo que me gusta tanto por primera vez me genera una mezcla de sana envidia y adrenalina. Tengo ganas de gritarles "No sabes lo que pasa con esa aventura de Peggy y Pete!" "Y Joan dentro de 5 años" " Y donde están en realidad Sam y Alex" "Y no me hagas empezar con la ultima toma de Tony, Carmela y Anthony Jr!". Me voy de tema.) le decía que una de las cosas que siempre disfrute fue como un jugador menor, alguien que tiene simplemente una aparición casi de extra, puede terminar siendo clave al argumento. La recepcionista en un restorán en el piloto termina siendo Adriana La Cerva, protagonista casi excluyente de la temporada 5 y ganadora de un Emmy por ese papel. Una extra que ganó un concurso entre la gente de New Jersey es Ginny Sack, por quien casi (o no tan casi) se mata a un capo. "Mafioso #2" es Vito Spatafore, con su propia, polémica historia y pieza clave en el conflicto entre Tony y Phil Leotardo que prácticamente define y cierra la serie.
La moraleja que David Chase nos está dejando es: no hay personajes secundarios. En todo caso, hay guionistas que saben o no saben que hacer con ellos.
¿Qué hace que un jugador secundario termine en primera? Difícil de saber. Capricho de guionistas o productores ejecutivos. Mérito del actor. Clamor del publico. O alguna combinación de todos los anteriores.
Hay casos donde conocemos la historia (David Chase la vio a Drea de Matteo en el piloto de Sopranos y dijo "ahí está la novia de Christopher"). Otras donde alguien dice “vayan por ahí” y el público apoya (un personaje de un episodio de Cheers termina apareciendo por el resto de la serie, y luego la propia serie del mismo personaje, Frasier, por diez años más). En otros casos no será estrellato o premios, pero trabajo asegurado por diez años o más (Gunther y Janice en Friends).
Claro que están las coincidencias que no son tales: nadie se cree que Jessica Pare fue contratada para ser recepcionista y luego "la descubrieron": desde el minuto uno Weiner la sabia con destino de Megan Draper. Pero seguramente es cierto que Lane Pryce no estaba planeado como personaje por tres temporadas.
Otro caso son los actores invitados, desde el efecto Spelling con Joan Collins y Heather Locklear transformándose en las verdaderas protagonistas de Dinastía y Melrose Place, hasta el personaje de Andy en Weeds, que de una aparición terminó de sólido coprotagonista. Y no nos olvidemos de David Kelly que hizo una carrera de poner a los segundones como protagonistas en series como Ally McBeal, con Lucy Liu siendo más protagónica que una aburrida Courtney Thorne-Smith que termino yéndose, o cuando los locos tomaron el manicomio transformando The Practice en Boston Legal (también un rejuntadero de actores invitados). 
Y está la inversa: tanto Sopranos como Mad Men tienen una larga historia de protagónicos que no son tales, ya sea porque terminan "sleeping with the fishes" o porque de un plumazo, cambio de cliente o de agenda, no los vemos más (gracias por participar Paul Kinsey, Sal Romano y tantos otros). Por eso la ansiedad cuando la perdimos a Peggy hace un par de episodios. Si bien Miss Olson es tan central para el programa que toda la serie - salvo por la escena de Don en el bar con los cigarrillos y el mozo, empieza con Peggy entrando en escena - no sería ni la primera ni la última vez que de la nada se borra a un personaje.  
También ahí es donde nos da bronca cuando los guionistas no encuentran que hacer con un personaje. El ya mencionado Kelly es probablemente el peor ofensor, "aburriéndose" de sus personajes, y en muchos casos matándolos en el guión. Ahí no es el actor ni el público: es el guionista que se queda sin ideas. El compromiso de una serie semanal de 22 episodios por temporada no se lleva adelante así nomás. 
Es divertido entonces mirar una serie y imaginar para donde van las cosas. Dónde ese  novio de un episodio de Phoebe termina siendo “el séptimo Friend”, cuándo el abogado de Charlotte termina siendo su marido y padre de sus hijos, quién de los invitados a un asado de Tony terminan teniendo una historia gay paralela. Y también quién va a delatar a la familia al FBI y terminar con cinco balazos, falsificando cheques y ahorcándose en la oficina o decidiendo que se va a vivir a Atlanta para tener “un nuevo comienzo”.
Y acuérdense, ese personaje que detestamos es culpa de un guionista vago. Ese otro que desaparece misteriosamente no tuvo una disputa contractual sino un equipo creativo que se dejó estar. Y esa que estamos sufriendo no se acostó con nadie, es solamente el juguete de uno que en lugar de ser consistente va siempre por lo nuevo. 

1 comentario:

  1. Wow... qué buen raconto de todas las series que he visto en mi vida, y de otras que olvidaba haber visto. Genial, genial. Sí, es cierto. Los personajes secundarios ya no existen 100% puros como antes. Me gusta conocer el back de las historias y de cómo pasaron de ser extras, a protagonistas. Quiero que inaugures una sección donde cuentes estas cosas que solés contarme cuando vamos a comprar el almuerzo! Sección Nueva! Sección Nueva! Sección Nueva!

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